Soy uno de los muchos admiradores que tiene Rafa y lo soy, no sólo por los títulos que ha ganado a lo largo de su carrera, sino principalmente, porque encarna una serie de valores que deberían ser ejemplo y modelo a seguir para jóvenes y no tan jóvenes.
Rafa, es un chico de un pueblo de Mallorca, que tiene 40.000 habitantes. Majadahonda, Pozuelo y Las rozas, por poner sólo ejemplos de pueblos cercanos a Madrid, tienen el doble. Es una persona sencilla, con la misma novia de siempre, sensible y con algo que siempre me ha llamado mucho la atención en cualquier persona, pero mucho más en un deportista: tiene la cabeza muy bien amueblada. Es sorprendente la frialdad y el acierto con los que Rafa analiza los partidos una vez finalizados. Sus valoraciones, difieren radicalmente de la de cualquiera de sus adversarios y lo que es mucho más sorprendente, es que esa misma capacidad de reevaluar las situaciones, la tiene cuando está en mitad del partido. Es un prodigio. Es como Fernando Alonso, pero con una raqueta en las manos en lugar de un volante.
Los que amamos el tenis, los que nacimos viendo jugar a Santana, a Rod Laver, Jimmy Conors, Borg, Mcenroe, Iván Lendl, Sampras y todos los demás, recordaremos aquella final de Wimbledon entre Rafa y Federer. Casi 6 horas de partido, de extraordinaria calidad, de golpes mágicos, de esfuerzos al límite y de victoria final para Nadal, por fe, por fortaleza mental, por mandar siempre un mensaje inequívoco a su rival: jamás me rendiré y te lo demuestro. Y ese es el gran valor que Rafa Nadal dejará en nuestro tenis: que nunca, jamás, hay que rendirse.
El tenis, es una metáfora de la vida: el que comete menos errores, el que más lucha, el que no se rinde jamás y sigue peleando bola tras bola, es el que termina ganando.
Hay jugadores, como Federer, que tienen un juego más elegante, más fluido, los golpes les salen de modo natural. En el caso de Rafa, hay que empezar por recordar que no es zurdo aunque juegue con la izquierda; que eso es sólo una decisión tomada en un laboratorio familiar para tomar ventaja en el juego y que ha supuesto modificar los golpes y los movimientos para adaptarlos de forma antinatural a un zurdo. Imaginemos todo el esfuerzo físico y mental que lleva aparejada toda esta filosofía. Rafa, es un jugador de raza, de fuerza, de entrega y por lo tanto, tiene que suplir con esfuerzo lo que a otros les sale de manera natural.
Detrás de todo esto se encuentran los motivos y los orígenes de sus lesiones, fruto sin duda, de la gran demanda que Nadal ha estado exigiendo a su cuerpo. De ahí que haya estado 7 meses intentando recuperar su maltrecha rodilla. 7 meses sin salir a competir a una pista, solo en un gimnasio, realizando un trabajo oscuro, duro, sin aparente premio. Y cuando regresa, lo hace llegando a la final de los 8 torneos en los que participa y ganando 6 de ellos. Y eso que después de ganar el último en Roma, confiesa que no está bien de la rodilla. Pues menos mal que no está bien, porque si llega a estarlo, deja a Federer con un doble rosco.
Creo que por la edad y por el alcance de sus lesiones, lamentablemente cada día, nos va quedando menos posibilidades de disfrutar de Rafa en una pista de tenis. Y creo que él lo sabe y también estoy totalmente seguro que tomará la decisión con la misma frialdad con la que toma todas las demás, en la pista y fuera de la pista. Pero hasta que llegue ese momento, que espero y deseo tarde mucho, me gustaría seguir disfrutando del mejor tenista que ha tenido España, por títulos y por ser un ejemplo. El día que Rafa Nadal deje el tenis, nos quedaremos huérfanos, como nos quedamos huérfanos cuando se marchó Manolo Santana, otro hombre humilde, sencillo y buena persona, que terminó siendo amigo personal de todo un Rey.
Ojalá que cunda el ejemplo de Rafa en los deportistas y en quienes no son deportistas. Ojalá que podamos seguir disfrutando de su tenis, de su garra, de sus ganas de luchar incluso sin rodilla y sin raqueta. Disfrutemos de Rafa Nadal, porque no sabemos por cuanto tiempo vamos a poder hacerlo. En cualquier caso, muchas gracias Rafa. Me has hecho disfrutar como nunca antes lo había hecho, con la seguridad de que el partido por muy difícil que se pusiera, no lo ibas a entregar jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario